Peras asadas al horno

Nunca se me había ocurrido asar peras en el horno. Las manzanas asadas son un postre habitual en invierno en mi casa, pero no había probado a hacer algo similar con peras. Hasta que lo probé este año y el resultado me ha encantado, la pera asada queda fantástica, blandita pero entera, con una textura riquísima. Estas peras asadas al horno son un postre sencillísimo, ligero y delicioso. Acompañadas de pasas y nueces picaditos y regadas con miel son un final perfecto para cualquier comida.

El procedimiento para preparar estas peras asadas al horno es muy similar al que se emplea para preparar las manzanas asadas, con la diferencia principal de que las peras se parten por la mitad a lo largo, ya que por su forma las peras no siempre se sujetan de pie y es más cómodo hornearlas tumbadas.

Una vez que hemos partido las peras por la mitad se elimina el corazón. Si tenemos una cucharilla de las de sacar bolas de melón se hace fenomenal y además queda un hueco muy redondito, pero si no tenemos se haca también con facilidad con un cuchillo afilado.

Al retirar el corazón es mucho más cómodo comer las peras una vez asadas, pero además nos queda un hueco perfecto para rellenar, enriqueciendo el postre. Yo suelo rellenarlo con nueces y pasas bien picaditas, aunque pueden sustituirse por otro frutos secos. Combinan muy bien con la fruta y el contraste entre las nueces crujientes y la pera blandita queda muy rico.

Una vez rellenas, las peras se espolvorean con un poco de canela y las riego con un poco de miel. Si no tenéis miel o no os gusta se puede emplear azúcar, la blanca normal o moreno, como más os guste. En este caso mezclamos la canela con el azúcar antes de espolvorear las peras.

Podemos preparar estas peras asadas al horno con cualquier variedad de pera, aunque yo prefiero que sean grandecitas de tamaño. Me gusta mucho como queda con peras conferencia. Al hornearlas quedan tiernas pero no se deshacen y mantienen muy bien la forma. Para hornearlas la fruta debería estar madura pero no demasiado blanda.

Me encantan estas peras en su versión dulce, con pasas y nueces, sencillas y ricas, pero podemos varias el relleno a nuestro antojo. Una combinación que queda genial es rellenarlas con queso gorgonzola y nueces. Es la misma combinación que usan estos ravioli de gorgonzola, pera y nueces, pero con otro formato. Con esta combinación quedan perfectas como postre o también como entrante.

Las peras asadas pueden servirse todavía calientes o podemos dejarlas enfriar completamente antes de servir. Si las servimos calientes quedan genial con una bola de helado de vainilla, el contraste frío calor queda riquísimo.

Ingredientes

• 4 personas.

• 4 peras maduras pero firmes (yo he usado peras conferencia).
• 4 nueces.
• Un puñadito de pasas.
• Canela molida.
• Miel (también puede emplearse azúcar).

Preparación

Lavar las peras y secarlas.

Partirlas a lo largo, sin pelar y sin quitar el rabito.

Retirar el corazón de cada mitad de pera. Se hace muy bien con la cucharilla de sacar bolas de melón. Si no tenemos una se puede hacer con un cuchillo afilado y un poco de cuidado.

Colocar las mitades de pera en una fuente que pueda ir al horno, con el corte hacia arriba.

Colocarlas sobre la tabla de picar las nueces y las pasas y partirlas en trocitos menudos.

Poner en un bol las nueces y las pasas picadas y remover para mezclarlas bien.

Rellenar el hueco del corazón de las peras con la mezcla de nueces y pasas, apretando un poquito. Si sobran formamos un montoncito sobre el centro.

Espolvorear las peras con un poco de canela en polvo.

Regar cada pera con un chorrito de miel.

Si se prefiere en vez de miel se puede usar azúcar. En este caso espolvorear las peras con un poco de azúcar, un par de cucharadas para las 4 peras es suficiente.

Precalentar el horno a 190 grados.

Colocar la fuente con las peras en la parte central del horno.

Hornear hasta que las peras están tiernas, unos 30 minutos.

Se pueden servir adornadas con nata montada. Quedan también estupendas si se sirven calientes o tibias con una bola de helado de vainilla, el contraste de temperaturas es fantástico.