Estos muslos de pollo rellenos son de esas recetas que se convierten rápidamente en estrellas de cualquier recetario, de esas recetas en las que con una elaboración sencilla se obtiene un plato con muy buen sabor y una presentación sofisticada y resultona, una receta que por su sencillez es perfecta para el menú diario, pero que por su buena presentación es perfecta también para comidas más formales.
Aunque denomine a esta receta muslos de pollo rellenos en realidad se prepara con los contramuslos deshuesados.
El contramuslo en una pieza del pollo muy versátil en cocina. Es un corte con una carne jugosa que queda muy bien guisada o al horno, pero además por su forma al deshuesarlo se pueden obtener filetes, más toscos e irregulares que los que se sacan de la pechuga, pero también más jugosos.
Estos filetes se pueden usar en cualquier receta que normalmente emplee filetes de pechuga, ya sea para preparar unos sencillos filetes empanados o a la plancha o en recetas más sofisticadas como esta en la que los filetes se rellenas y se guisan después en una salsa.
Si queremos usar los contramuslos como filetes lo mejor es pedir que nos los deshuesen para filetes cuando los compremos. Podemos pedir que nos guarden los huesos para preparar con ellos el caldo de pollo que añadiremos a la salsa durante la cocción.
Los muslos (o contramuslos) de pollo se rellenan con jamón y queso, una combinación clásica que no falla nunca y que se usa en multitud de recetas, como esos librillos de lomo rellenos de jamón y queso o los clásicos cordon bleu.
Para esta receta empleo jamón serrano, cortado siempre en lonchas finas. Cuando usamos jamón serrano en cualquier receta hay que tener en cuenta que es un producto más bien salado y que además al cocinarlo se suele acentuar más, por lo que hay que tener precaución al añadir sal a la receta. Yo normalmente no pongo sal a los filetes, únicamente añado un pellizco a la salsa.
Podemos emplear el queso que más nos guste para rellenar los muslos. Prefiero usar quesos que fundan bien, me gustan mucho el Havarti y la mozarella en lonchas. Si os gusta el sabor a queso más acentuado quedan estupendos con un buen queso manchego, pariendo la cuña en lonchas finitas. Al hacer los rollitos hay que procurar que el queso quede bien encerrado en el pollo para evitar que salga al fundirse.
La salsa es la clásica preparada con cebolla y zanahoria, una salsa sencilla pero riquísima para acompañar casi cualquier alimento que guisemos en ella. Una salsa fantástica que siempre pide a gritos pan, mucho pan, para untar.
Al acabar la cocción me gusta sacar los rollitos de la salsa y triturarla hasta que queda bien lisita, en general me gusta más la presentación de la mayoría de las salsa cuando se trituran.
Para presentar los rollitos tenemos dos opciones. Se pueden servir enteros, cubiertos con la salsa. O también podemos cortarlos en rodajas gruesas que colocaremos en el plato y naparemos con la salsa. Es una presentación vistosa, sobre todo si las rodajas se colocan ligeraqmente montadas unas sobre otras.
Al llevar salsa es una receta que se puede preparar con antelación, lo que la hace muy cómoda para organizarnos a la hora de preparar y servir la comida, aunque sea una comida formal. Podemos preparar la receta con antelación y luego justo en el momento de servir calentamos los muslos en la salsa y los colocamos en los platos.
También en una receta que congela muy bien, cuando la preparo suelo hacer alguno de más que congelo acompañado de su porción de salsa. Es estupendo encontrártelos en el congelador el día que no tienes tiempo para cocinar o simplemente no te apetece.
- 4 personas.
- 4 contramuslos de pollo.
- 4 lonchas de jamón serrano.
- 4 lonchas de queso. Suelo usar Havarty o mozarella, pero se pueden usar también cuñas de queso manchego.
- Una cebolla.
- 2 zanahorias.
- 2 dientes de ajo.
- Un vasito (100 ml.) de vino blanco.
- Harina.
- 250 ml de agua o caldo de pollo.
- Sal y pimienta negra molida.
- Aceite de oliva virgen extra.
Para esta receta necesitamos los contramuslos deshuesados y abiertos en forma de filete. Podemos hacerlos nosotros mismos o podemos pedir que nos los preparen en la pollería, que los dejan muy bien.
Extender un contramuslo sobre la tabla de cortar. Si tienen algún resto de grasa lo retiramos.
Colocar una loncha de jamón serrano sobre el filete de contramuslo.
Colocar una loncha de queso sobre el jamón. Si usamos queso manchego colocamos varias cuñitas. Hay que procurar que el queso no sobresalga para que quede completamente encerrado cuando hagamos el rollito.
Yo no pongo sal a los filetes de pollo, el jamón serrano suele estar ya suficientemente salado.
Enrollar el filete de contramuslo hasta formar un rollito, de modo que el jamón y el queso queden bien escondidos en el interior.
Cerrar el rollito con hilo de cocina o con unos palillos.
Yo habitualmente uso hilo de cocina, pero esta quedaba muy poco y 2 de los rollitos los tuve que cerrar con palillos. Puse uno para sujetar el filete y que no se abriera y otro cerrando bien cada abertura lateral para que no se saliera el relleno.
Formar rollitos con el resto de contramuslos de la misma forma.
Poner harina en un plato y enharinar bien los rollitos de pollo.
Poner al fuego una cazuela con el fondo cubierto de aceite.
Cuando el aceite esté caliente poner los rollitos en la cazuela y dorarlos bien por todos los lados.
Mientras se doran los rollitos preparamos las verduras para la salsa.
Pelar la cebollar y partirla en trocitos menudos. No es necesario que sean muy regulares porque vamos a triturar la salsa.
Despuntar las zanahorias, rasparlas y partir en rodajas.
Pelar los dientes de ajo y picarlos fino.
Cuando los rollitos estén dorados sacarlos de la cazuela y reservar en un plato.
Poner la cebolla, la zanahoria y el ajo en la misma cazuela en la que hemos dorado los rollitos, añadiendo un poquito más de aceite si fuera necesario.
Añadir un pellizco de sal y pimienta negra molida al gusto.
Bajar el fuego y dejar que se haga lentamente hasta que la cebolla comience a ponerse transparente, unos 10 minutos. Remover con frecuencia para que se haga por igual.
Añadir el vino blanco, subir el fuego y deja hervir un par de minutos para que se evapore el alcohol.
Volver a poner los rollitos en la cazuela, junto con todo el líquido que hayan podido soltar.
Añadir el agua o caldo de pollo (unos 250 ml., una taza). Debería llegar algo más arriba de la mitad de los rollitos, no me gusta que queden completamente cubiertos de salsa.
Cuando la salsa comience a hervir de nuevo bajar el fuego, tapar la cazuela y dejar cocer a fuego suave unos 30 minutos, dando la vuelta a los rollitos a media cocción.
Sacar los rollitos a un plato. Yo normalmente saco también algunos trocitos de zanahoria para dejarlos enteros.
Triturar la salsa.
Retirar el hilo de cocina o los palillos antes de servir.
Para servir se puede colocar cada rollito entero en un plato o se puede cortar en rodajas gruesas antes de servir.
Servir acompañado de la salsa y de la guarnición que prefiramos: arroz blanco, patatas fritas, ...
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